Eso quiere decir que el sector y especialmente el anunciante no comprende ni entiende Internet. Lo mismo sucede con una gran mayoría de agencias de nuestro país.
El resultado de todo este marasmo de inputs y de impactos publicitarios hacen que la gente no distinga si el anuncio lo vio en la televisión, lo vio por Internet o le llegó a través del móvil, sin olvidar otros medios de comunicación. Los anunciantes andan perdidos y las agencias (algunas de ellas, las más) hacen como que saben de que va el asunto, sin hacer distinciones entre lo que es digital y lo que no. Recurren a soluciones tan peregrinas como enviar mails con mensajes vacíos y sin notoriedad y otros, los más progres, sólo saben o van fardando de que sólo hablan de tecnología, olvidándose de lo esencial y primordial, la COMUNICACIÓN.
Es muy común que multitud de agencias pasen por alto la posibilidad de utilizar las plataformas digitales como fuente de comunicación para sus clientes. Quizás la razón sea el bajo porcentaje que éstas dejan; los tiempos del dinero fácil se ha acabado o parece que está en vías de extinción, procede pues trabajar desde una óptica más real y rentable.
Los últimos análisis nos demuestran que la combinación de medios alternativos con los tradicionales producen un resultado más efectivo en los consumidores que las campañas masivas y de grandes presupuestos. Los medios locales como la prensa gozan de una credibilidad muy alta, su combinación con otros entornos o medios están consiguiendo que anunciantes o marcas con escaso presupuesto tengan un lugar destacado en el mercado y, por consiguiente, en la memoria de los consumidores.
El sector publicitario ha sufrido los efectos de la crisis como los demás. Es evidente que ello ha motivado cambios importantes en el sector, pero no por ello han dejado de existir las oportunidades para aquellas empresas que han sabido jugar las cartas de la creatividad y de la innovación. Muchas sobrevivirán a esta criba y saldrán reforzadas en un futuro muy próximo. Lo mismo sucederá en el sector de los medios de comunicación y de la publicidad.
Por todo ello sólo necesitamos profesionales con una gran dosis de creatividad y sentido común. Más de uno ha cometido el error de querer adaptar una campaña a todos los medios de comunicación por igual, pero para que esto funcione, para que una campaña de imagen o de producto funcione, tenemos que adecuar el mensaje al perfil del medio de quien nos va a ver.
Otra cosa es lo que esperan algunos anunciantes con escasos presupuestos, por no decir “ridículos”, que exigen una tasa de resultados “brutales”. Vivir fuera de la realidad sigue siendo una temeridad por ambas partes.
En los tiempos que corren y especialmente en los que nos vendrán, la coherencia y la profesionalidad han de ser el cauce por donde la comunicación y la publicidad tendrán que circunscribirse.
Tendremos que volver a la experiencia del pasado para alcanzar el éxito en el futuro.
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